Ser, estar, parecer. Son verbos predicativos, de los que necesitan un predicado, una continuación, un complemento directo para entenderse y darse sentido. No puedo solo ser, no puedo solo estar, no puedo solo parecer.
Parecía un oasis aquella isla en los días que duró el Glocal Camp. Un paréntesis en la vida diaria. Como si, de pronto, tuviéramos que desaprender parte de los vicios adquiridos. Como si fuera mucho más que un encuentro de gente afín, de hippies postmodernos que reparten su tiempo entre su afición por la cerveza o el Autocad, y las ganas de cambiar el mundo.